El fin de semana pasado
se realizó lo que sería la primera prueba del circuito Isostar Extreme-Man en
Salou. Tener una prueba de este nivel cerca de casa es todo un plus, porque
muchos amigos, amigas, familiares,…pueden venir a verte y esto siempre hace una
ilusión especial.
A medida que pasaba la
semana me encontraba mejor, tenía confianza conmigo misma gracias a los buenos
entrenos que había hecho durante el invierno. El jueves salí a rodar en
bicicleta con mi entrenador, Quim Royes, para darme los últimos consejos, ánimos
y poder hablar tranquilamente de cómo encarar la carrera. El viernes había que
prepararlo todo y salir a comprar el material que faltaba ya que la el día
siguiente tenía que llevar la bicicleta en Salou.
El sábado por la tarde
además de dejar la Metta Eolo en boxes, estuve invitada a la mesa redonda que organizaron,
junto a Marcel Zamora, Sergi Escobar y Raúl Gómez, mientras,
Juanan nos hacía preguntas sobre la carrera. Era la primera vez y estaba un poco
nerviosa, pero me hizo mucha ilusión estar allí.
La noche del sábado me
costó conciliar el sueño pensando en la carrera. Cuando por lamañana llegué a
Salou,después de dejar el material en boxes, me fui dirección la playa para
calentar un poco. La temperatura y el oleaje del agua eran agradables. Dieron la
salida y todos a nadar, poco a poco cogí el ritmo y me fui encontrando con los atletas de gorros amarillos, que
habían salido antes, y eso me motivó. Salí del agua contenta y por fin llegó el
momento de probar la nueva bici de contrarreloj la Metta Eolo. Hacía días que
entrenaba con ella pero aun no la había estrenado en competición. Empecé fuerte
y siguiendo los consejos que me habían dado dos grandes ciclistas compañeros de
entrenos. Tenía buenas sensaciones, pero de repente empezaron a pasarme un gran
grupo de triatletas haciendo drafting, algunos de ellos yo ya había pasado antes.
Esta situación hizo que me pusiera tensa y me desmotivó un poco, pero entonces
Gonzalo Marchena me dio ánimos para que siguiera haciendo mi carrera. Me aparté
y seguí con mi ritmo.
Bajé de la bici con
buenas sensaciones de piernas para encarar las cuatro vueltas de carrera a pie.
Cogí un buen ritmo para afrontar los 21km, aunque los ánimos de la gente
ayudaron mucho a conseguirlo. Disfruté de la carrera a pié como nunca, llegando
a meta satisfecha de cómo había ido el Extreme-Man y feliz de encontrarme con tanta
gente animándome.
Por último y como siempre,
detrás de todos los resultados hay muchas personas que me ayudan y me dan
confianza para hacerlo posible, les agradezco muchísimo todo lo que hacen por
mí. Muchas gracias a todos!
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